La sexualidad no se inicia en la pubertad. Nuestra formación sexual es un continuo que empieza en la infancia y ya nunca se detiene. Pero ¿dónde se educan sexualmente los jóvenes?
Aunque el sexo está en todos lados, el acceso de niñas/os y adolescentes a los contenidos es engañoso y fragmentado. En el caso de los más pequeños, hay una tendencia del entorno a negar la sexualidad y a transmitir mensajes restrictivos. Con la llegada de la adolescencia, etapa caracterizada por la acentuada presión de grupo, es frecuente la exploración de la pornografía y la experimentación de riesgo. En el peor escenario, este vacío educacional puede exponerles a relaciones abusivas o traumáticas.
Ofrecer un espacio de diálogo -articulado en la confianza y la información- permite a niños/as y jóvenes descubrir el propio deseo y los propios límites, a la vez que les otorga la comprensión para respetar los de los demás.
Es por eso que, en el marco de Intimitate Work, he creado el formato Intimate Youth, que consiste en encuentros sólo para niñas/os o jóvenes, grupales o individuales, con contenidos adaptados a cada edad y contexto. Los talleres incluyen actividades interactivas y soporte audiovisual para adaptarse al modelo pedagógico contemporáneo.